Publicado por Joaquín Olona en Heraldo de Aragón, 24 de junio de 2015.

Paralizar de nuevo el embalse de Biscarrués, proyectado en el río Gállego, no contribuye necesariamente al bienestar del conjunto de la sociedad, es decir, al interés general. Al igual que los intereses económicos son particulares cuando los beneficios se circunscriben a un grupo social limitado lo mismo cabe decir respecto de los intereses ambientales cuando no están legitimados por la mayoría social.

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Publicado por Joaquín Olona en AgroNegocios (13-03-2015).

La Expo-2008 de Zaragoza, dedicada al “Agua y el desarrollo sostenible”, ocupó el “Meandro de Ranillas”. Gran parte de la huerta de Zaragoza ha sido urbanizada durante los últimos 50 años. ¿ Alguien piensa en devolver estos espacios al río? Entones, sabiendo que los pueblos ribereños basan su economía en la agricultura ¿por qué anteponer la dinámica natural del río a los usos agrícolas centenarios?  Una dinámica fluvial que, en realidad, hace mucho que dejó de ser natural y que está profundamente modificada.

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Publicado por Joaquín Olona en iagua (9-03-2015).

A la vista de la imagen de satélite, ampliamente difundida, sobre la reciente inundación del Ebro, a quienes anteponen la protección del río frente a cualquier otro propósito cabe preguntarles a dónde y cuando se traslada la ciudad de Zaragoza.

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Publicado por Joaquín Olona en iagua (9-03-2015).

A la vista de la imagen de satélite, ampliamente difundida, sobre la reciente inundación del Ebro, a quienes anteponen la protección del río frente a cualquier otro propósito cabe preguntarles a dónde y cuando se traslada la ciudad de Zaragoza.

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Publicado por Joaquín Olona en iagua (11-02-2015).

El Partenariado del Agua del Ebro promueve la mejora institucional de la gobernanza del agua basada en la acción colectiva, directa y responsable, de los usuarios en el marco de las cuencas hidrográficas.

En su manifiesto de 19-01-2015, el Partenariado insta a los órganos competentes para que, en el ejercicio de sus responsabilidades y competencias, actúen en defensa del principio de unidad de cuenca y de los sistemas hidráulicos. La ley que se rechaza es un nuevo ejemplo de degradación y desprestigio del patrimonio institucional que fundamenta la gobernanza española del agua.

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Publicado por Joaquín Olona en iagua 14-01-2015.

El pasado 7 de Enero, la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón clausuró los actos de celebración del centenario de la Ley de 7 Enero de 1915, sobre riegos del Alto Aragón. Una ley que trascendió al ámbito estricto de su aplicación geográfica y que marcó un punto de inflexión en la gobernanza del agua.

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Publicado por Joaquin Olona en Heraldo de Aragón (3-01-2015) y anteriormente en iagua (23-12-2014).

La Ley 10/2014 de Aguas y Ríos de Aragón, promulgada recientemente por las Cortes de Aragón, pone nuevamente en cuestión un prinicipio esencial para la gobernanza del agia como es el de la unidad de cuenca.

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Acceso a iagua

Ponencia presentada en la Conferencia Internacional sobre Modelos de Buena Gobernanza del Agua y Stop al CO2. Life Power Project. Logroño, 12 de Septiembre de 2013.

Siendo determinante la innovación tecnológica en el ámbito del uso agrario del agua y la energía, el verdadero reto es institucional. Los avances tecnológicos se producirán con toda seguridad, aquí o allá da igual puesto que se transfieren y adaptan con suma facilidad. Lo que no es tan seguro es que se produzcan los avances institucionales necesarios para lograr el uso eficiente del agua que, por ser específicos del territorio, no se pueden copiar.

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Por Joaquín Olona. Publicado en iagua 5 de junio de 2013.

 

 

El reconocimiento mundial de las soluciones institucionales españolas en materia de agua contrasta con la escasa valoración y atención que nuestra propia sociedad les viene concediendo durante los últimos tiempos.

A punto de que la propuesta original de creación de las actuales Confederaciones Hidrográficas cumpla su primer centenario y sin que tales instituciones hayan logrado desarrollar todo el potencial que concibieron sus creadores, la situación de la gobernanza del agua resulta tan preocupante como intolerable les pareció en 1913 a quienes promovieron el Primer Congreso Nacional de Regadíos de Zaragoza.

La Federación Agraria Aragonesa, preocupada por la situación a la que  estaban conduciendo las que a su juicio eran  injustificadas y exacerbadas campañas en contra de las obras hidráulicas y el regadío, el 28 de junio de 1913 acordó celebrar, en Zaragoza, un congreso en el que .

Entre los días 2 y 6 de octubre de 1913, en la entonces Facultad de Medicina y Ciencias, ahora Rectorado de la Universidad de Zaragoza-, se celebró el Primer Congreso Nacional de Riegos. Contó con 657 inscritos pertenecientes a 312 entidades de toda España y tuvo una enorme trascendencia.

Este primer Congreso puso en marcha un profundo debate que, junto con las sucesivas ediciones de Sevilla (1918), Valencia (1921), Barcelona (1927) y Valladolid (1934), influyó de manera decisiva en el desarrollo de las políticas hidráulica y agraria españolas de la primera mitad del siglo XX.

Pero el Congreso de Zaragoza de 1913 tuvo, por sí mismo, una importancia capital. Sobre todo por dos aportaciones que derivaron innovaciones institucionales de primer orden, la de Manuel Marraco y la de Félix Martínez Lacuesta.

El abogado y político aragonés Manuel Marraco –Ministro de Hacienda entre marzo de 1934 y abril de 1935-, en su ponencia “”, reclama la moralización de la política, la necesidad de remover los excesivos obstáculos existentes entre los legisladores y los ciudadanos poderdantes, la utilidad social e interés general de las obras hidráulicas, cuya realización debe ser confiada al Estado en cualquiera de sus manifestaciones, la exclusividad de las Comunidades de Regantes como concesionarias de tales obras así como la conveniencia de que los recursos naturales, cuya utilización conviene a la colectividad, sean exclusivamente explotados por la entidad política más directamente interesada.

Félix Martínez Lacuesta, abogado, político y bodeguero riojano, en su ponencia “” propone crear una entidad independiente que, representando los intereses más análogos de la cuenca del Ebro, aporte la fuerza y la inteligencia necesaria para ejercer una acción común encaminada a convertir en realidad las aspiraciones de carácter económico que previamente incluya en su programa. En concreto propone abordar el Plan de Riegos del Alto Aragón, que por su dimensión afecta a toda España, regularizar el caudal del Ebro mediante el Pantano de Reinosa, potenciar la producción hortofrutícola para su exportación a Londres y el Norte de Europa, desarrollar las redes de transporte y las estructuras comerciales necesarias para acceder a tales mercados, imponer la acción común para luchar contra las plagas del campo y reforzar la guardería rural ya que los frutos que son valiosos, por ser más apetecibles, necesitan de mayor vigilancia.

La ponencia de Martínez Lacuesta, al introducir la idea de unidad de cuenca y llamar a la implicación directa de todos los interesados en la gestión de los recursos, se considera el germen de las Confederaciones Hidrográficas. Así lo declara expresamente el padre de las Confederaciones Hidrográficas, Manuel Lorenzo Pardo tras lograr que el 5 de marzo de 1926 el Gobierno de entonces no sólo aprobara la primera Confederación Hidrográfica del mundo, la del Ebro, sino que, valorando el interés de la idea, aprobara ese mismo día otro RD por la que se autorizaba, con carácter general, la creación de tales entidades - Confederaciones Sindicales Hidrográficas- en el resto de las cuencas. Una aportación netamente española a la gobernanza del agua, de particular interés para los contextos hidrológicos en los que, sin regulación hidráulica, no puede disponerse de agua con la seguridad física y jurídica necesaria. Una aportación que enseguida empezó a extenderse por todo el mundo.

El reconocimiento mundial de las soluciones institucionales españolas en materia de agua contrasta con la escasa valoración y atención que nuestra propia sociedad les viene concediendo durante los últimos tiempos. Como también es escasa y muy insuficiente la atención prestada por las autoridades comunitarias, empeñadas en promover soluciones basadas en la competencia y el mercado. Y todo ello, a pesar de que los enfoques institucionales basados en la cooperación y en la acción colectiva, plenamente coherentes con aportaciones científicas más recientes, reconocidas incluso con el Premio Nobel como es el caso de John Nash (1994) o de Elinor Ostrom (2009).

Existen suficientes evidencias científicas, empíricas, históricas y culturales para poder afirmar que la asignación y uso eficiente del agua exige instituciones específicas que generen incentivos coherentes con los objetivos, anteponiendo la cooperación, la acción colectiva y la descentralización a la competencia, el mercado y la intervención pública. Consecuentemente, es preciso asegurar la participación efectiva y responsable de los usuarios y representantes de la ciudadanía, profundizando en la institucionalización de los procesos de negociación y concertación en los que debe traducirse la cooperación. Por todo ello, las Comunidades de Usuarios, la Confederaciones Hidrográficas y el principio de unidad de cuenca aportan fundamentos institucionales de gran valor, que permiten afrontar los retos del siglo XXI y ser referentes europeos si se aborda un proceso de impulso y desarrollo institucional coherente con las nuevas exigencias y necesidades.

Habiendo transcurrido un siglo desde que Félix Martínez Lacuesta aportara su visionaria idea de una gobernanza del agua basada en la unidad de cuenca y en la participación directa de los usuarios, es momento de promover un nuevo impulso institucional acorde con los retos del siglo X Partenariado del Agua del Ebro que, al igual que se hizo hace cien años, llama a defender su opinión a todos quienes deseen hacerlo, con la seguridad de que todos hallarán el merecido respeto.

Valoración favorable de la viabilidad global y efectos macroeconómicos y territoriales del sistema Itoiz-Canal de Navarra, una de las infraestructuras más destacadas abordadas por la Comunidad Forral. Se analizan también las contribuciones del sistema a la gestión eficiente y sostenible del agua en relación con el regadío.

Ponencia presentada por J. Olona, M. Horta y A. Calvo en el  Quinto Congreso de Economía de Navarra. Economía y Desarrollo Sostenible. Gobierno de Navarra. Pamplona, Noviembre de 2003.

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Han pasado 10 años desde que Naciones Unidas fijó la erradicación de la pobreza y del hambre como Primer Objetivo del Milenio. Faltan menos de 5 para el plazo fijado y todo indica que no se logrará. El  número de hambrientos no para de aumentar.

Las organizaciones internacionales insisten en su llamada de atención sobre el problema alimentario. Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, ha manifestado que el aumento de precios de los alimentos básicos amenaza el crecimiento y la estabilidad social en todo el mundo, porque son los países y las personas pobres quienes sufren más gravemente las consecuencias. La FAO advierte que, para atender las necesidades alimentarias en el 2050, la producción actual de alimentos deberá aumentar un 70%. La OCDE ha propuesto una agenda política para hacer frente a los enormes retos y desafíos de la humanidad en el horizonte de 2030, el alimentario entre ellos, mediante la “bioeconomía”. La Comisión Europea, en relación con la Reforma de la PAC, ya ha señalado que los europeos debemos contribuir a satisfacer el aumento de la demanda mundial de alimentos.

Existe acuerdo global sobre la necesidad de aumentar la producción alimentaria mundial. Sin embargo, a escala local, no se adoptan las medidas necesarias. En nuestro caso, ampliar y mejorar el regadío. Porque el potencial agroalimentario aragonés depende de los regadíos. Pero para completar los planes de riego pendientes debe ampliarse el consenso social y político hasta ahora logrado, que se muestra insuficiente en cuanto aparecen los problemas. Los embalses disponibles no aportan el agua que necesitan los planes vigentes de creación y mejora de regadíos. Para abastecerlos hacen falta más embalses, como recoge el Pacto del Agua. El embalse de Bisacarrués está entre ellos.

La idea de ahorrar agua y de gestionarla mejor ha permitido avanzar en las políticas del agua y del regadío. Pero el enfoque del ahorro no puede ser el único principio sobre el que fundamentar ninguna de las dos. Ahorrar por ahorrar, sin otro propósito, puede ser tan ineficiente e insostenible como gastar por gastar. La idea del ahorro no puede utilizarse para negar el agua a la agricultura, limitando el regadío y los embalses. El uso sostenible y eficiente del agua de riego no impide, necesariamente, aumentar los volúmenes de agua utilizados, que es imprescindible para producir más alimentos. Lo mismo que de la mejora de la productividad del trabajo no cabe esperar que aumente el paro, tampoco debe esperarse que la modernización del regadío genere sobrantes de agua. El regadío aragonés, que está en la vanguardia tecnológica mundial, no necesita menos agua, necesita más, lo que exige aumentar la regulación disponible. Nuestros regantes no son ineficientes, ni codiciosos, ni se quedan con el agua. Ocurre que la naturaleza no sabe fabricar alimentos con poca agua; nuestros secanos, por ejemplo,  necesitan 2.000 litros de lluvia para producir un kilo de trigo.

Es bien sabido que el reparto del agua, entre usos y usuarios, es causa secular de conflictos. No se trata de ahorrar ni de gastar, sino de proporcionar el agua que se necesita, exigiendo el buen uso. Incluidos los caudales ecológicos y otros requerimientos ambientales, son más las necesidades que las disponibilidades. Como no existen fórmulas ni recetas, sólo hay un camino: negociación y acuerdo. Pero sin olvidar que, como dijo Joaquín Costa, el agua que no da vida, la quita; y tampoco, que los alimentos forman parte de la esencia de la vida.

Los Ingenieros Agrónomos proponen a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que lidere el proceso de innovación y desarrollo institucional necesario para lograr una gobernanza avanzada de los usos rurales del agua.

El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco, en noviembre de 2012 y en el marco de la información pública del Proyecto de Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, presentó una propuesta, también apoyada por los Colegios de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Aragón y de Ingenieros Agrónomos de La Rioja, centrada en las siguientes ideas:

  1. La CHE fue el primer órgano de cuenca creado en el mundo (1926) lo que, junto con la importancia de la propia cuenca, le otorga una visibilidad nacional e internacional que justifica su liderazgo.
  2.  El nuevo Plan Hidrológico y las prioridades estratégicas de la Comisión Europea, ambientales y de innovación, relacionadas con el agua  y desarrolladas mediante el Plan de acción para salvaguardar los recursos hídricos en Europa y las Asociaciones Europeas para la Innovación, ofrecen la oportunidad y la necesidad de promover no sólo avances tecnológicos sino también político-institucionales.
  3.  La gobernanza del agua exige mejoras en el conocimiento pero también en las capacidades y habilidades que impulsen la eficacia, la transparencia y el liderazgo.
  4.  El medio rural concentra las fuentes del agua así como los usos productivos y ambientales más significativos, y en este contexto se debe avanzar en su uso eficiente y en la garantía de calidad de las aguas.
  5.  El agua resulta esencial para la seguridad alimentaria y el desarrollo del complejo agroalimentario. También es vital para afrontar los retos energéticos y consolidar un modelo de economía baja en carbono y resistente al cambio climático.
  6.  El contexto mediterráneo exige una política del agua que integre, de forma más específica, realista, equilibrada y eficaz, los dos enfoques de gestión de la demanda y de la oferta, necesarios para afrontar con éxito los diferentes retos e intereses ambientales, sociales y económicos.
  7.  La asignación y uso eficiente del agua exige instituciones específicas que generen lincentivos coherentes con los objetivos, anteponiendo la cooperación, la acción colectiva y la descentralización a la competencia, el mercado y la  intervención pública.
  8.  Es preciso asegurar la participación efectiva y responsable de los usuarios y de representantes de la ciudadanía, profundizando en la institucionalización de los procesos de  negociación y concertación en los que debe traducirse la cooperación.
  9.  Las Comunidades de Usuarios, las Confederaciones Hidrográficas y el principio de unidad de cuenca aportan fundamentos institucionales de gran valor, que permiten  afrontar los retos del siglo XXI y ser referentes europeos si se aborda un proceso de impulso y desarrollo institucional coherente con las nuevas exigencias y necesidades.  

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Fuente del documento (elaborado por la Comisión de Agua y Seguridad Alimentaria del COIAANPV): http://www.coiaanpv.org/es/menu-superior/noticias/contenido-noticias/el-colegio-presenta-sus-observaciones-al-phce-2012-2015/id/1648